Sancal inauguró su showroom en Madrid y lo ha hecho con la colaboración del diseñador Lucas Muñoz Muñoz, reconocido por su manera de transformar interiores con materiales que otros literalmente “tirarían”. El local, que no es a pie de calle, sino en una cuarta planta, es otra joya “sostenible” de esta cooperación inédita ya que se ubica en O’Donnell 34, edificio emblemático de oficinas proyectado por Antonio Lamela en 1964. “COLAB”, es más que un espacio para profesionales; propone replantearnos de manera genuina la responsabilidad que tenemos sobre aquello que heredamos.
“Admiramos la poética en la que trabaja Lucas”
Con estas palabras nos recibió Esther Castaño, CEO y segunda generación de la firma de mobiliario nacida en 1973 en Yecla (Murcia). A su declaración le siguió otra aún más potente: “Queríamos trabajar con basura”, dijo haciendo hincapié en el innovador modo en el que opera Lucas Muñoz Muñoz, convirtiendo lo que se desecha en las reformas, en el material principal que define el alma de los nuevos espacios.
“Un trabajo extraordinario, lleno de talento y de ingenio”
Seguidamente, tomó la palabra Carlos Lamela, hijo del fundador de Estudio Lamela quien nos transportó con su relato a los orígenes de su familia y, posteriormente, a los del edificio que proyectó su padre, el destacado arquitecto Antonio Lamela, quien “diseñaba los edificios desde adentro hacia afuera”. En su discurso, mencionó el contexto de construcción de O’Donnell 34 y del barrio identificando que su progenitor fue un visionario al proponer un edificio de oficinas en Madrid en una época en la que este concepto no había llegado a España, constituyendo, de esta manera, el emplazamiento donde se ubica Sancal en lo que fuera “prácticamente el primer edificio de oficinas de Madrid”.
“Estoy muy contento, honrado y satisfecho de lo que se ha logrado”, expresó Carlos Lamela aludiendo a la reforma realizada por Lucas Muñoz Muñoz y en consideración a todo el proceso que le llevó a estrechar vínculos con el diseñador y la firma española. “Lucas y su equipo han hecho un trabajo extraordinario, lleno de talento y de ingenio, y que encaja muy bien con el edificio y su historia”, declaró.
“Lo que no se puede ir, se queda”
Por su parte, el diseñador madrileño nos deleitó con una exposición detallada del trabajo realizado para Sancal el cual comenzó en el instante en el que le escribió un mail a Carlos Lamela para entender la arquitectura e historia del local. Una vez allí, Lucas y su equipo realizaron las primeras introspecciones encontrando “una caja dentro de una caja”. Entre muchas otras cosas: paredes recubiertas, falsos techos, planchas que vestían suelos… Lo encontrado fue desmontado, clasificado y ordenado para establecer qué se podía aprovechar in situ. Esta es una manera de actuar que caracteriza el trabajo de Muñoz Muñoz y que permite diferenciar “qué se puede y qué no se debe ir”. En este sentido, “lo que no se puede ir, se queda”, afirmó.
Romper con el esquema: proyecto, demolición, construcción
Adentrándonos al proyecto, Muñoz Muñoz explicó por ejemplo, cómo convirtió las placas del suelo en material para el techo o cómo, explícitamente, cortó una pared para trasladarla a otra ubicación, aprovechando así lo ya construido y no demoliéndolo para alzar otra. Asimismo, compartió el proceso que le llevó a transformar los cerca de 100 fluorescentes encontrados en el local en el diseño de una gran lámpara que, ahora, preside la nueva sala de reuniones de Sancal.
Una innumerable cantidad de particularidades conforman la remodelación sostenible de este espacio que, antiguamente, había estado ocupado por una notaría. “Trabajamos sin renders, pero con maquetas”, dijo para enfatizar que el proyecto va cobrando vida sobre la marcha, de acuerdo con lo que van encontrando en el terreno. Un trabajo que incluye flexibilidad y que “rompe con el esquema: proyecto, demolición, construcción”; si no que lo mezcla todo… “Al final, la basura de unos es tesoro de otros”, declaró el además autor del restaurante Mo en la capital española. Para este proyecto Muñoz Muñoz contó con la ayuda de Zimenta, Norte Joven, La Huertoteca.
La fuerza del trabajo colaborativo
El estrenado espacio Sancal en Madrid es una muestra de la fuerza que tiene el trabajo colaborativo. Una invitación a cuestionarnos acerca de la responsabilidad que tenemos sobre aquello que hacemos y cómo lo hacemos. En palabras de Lucas Muñoz Muñoz, —quien se refirió en la presentación a “la herencia creativa” aludiendo al legado que Esther y Elena Castaño recibieron de su padre, fundador de Sancal; a Carlos Lamela por conservar y promover la sabiduría arquitectónica de su padre; y a él, Lucas Muñoz Muñoz, por haberle encomendado este proyecto—, al final, la clave está en “cómo gestionamos la herencia, el éxito y el legado creativo”.
Todas las fotos de este artículo son de Asier Rua.
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