Generalmente cuando se habla de interiorismo, pensamos en residencias, restaurantes… pero ¿salas de concierto? Ese fue el proyecto que realizaron Los Dos Studio para Laut.

«El encargo del cliente es que quería un espacio acogedor, un local muy estilo berlinés. Que no se viera desde la calle lo que se hace dentro», explican Pilar Massanet y Christian Navarro, fundadores de Los Dos Studio. El resultado es un proyecto excepcional que integra de manera sólida materiales, estilo, funcionalidad, comodidad y diseño. Todo ello respondiendo a las particularidades propias del recinto. Los materiales no debían interferir en la calidad del sonido y debían resguardar la correcta insonorización.

El local desde la calle

Laut, ubicada en Poble Sec (Barcelona) se compone de una planta baja 250 m2 y una planta superior con zona baños de 38 m2. El local, de carácter industrial, había sido anteriormente un restaurante. Cuando sus nuevos dueños lo compraron, hace 3 años, lo reconvirtieron en una sala de conciertos de música electrónica. En ese momento hicieron las reformas pertinentes pero le faltaba confort y calidez… eso es lo que encontraron en Los Dos Studio. «Una propuesta sólida y con muy buen gusto, que le daba carácter a la sala, era impecable”, describe el propietario.

 

Una entrada que genere sorpresa

Al entrar al local nos encontramos con un pasillo de 40 m2 que lleva hasta la taquilla. «Aquí buscábamos crear una sensación de túnel, que te sorprenda cuando llegas a la sala», explican. En el techo han optado por un degradé en gamas de grises y han dejado los tubos vistos. Para la instalación de las luces decorativas han elegido el diseño Colilla de Carles Riart para la firma Santa & Cole. «Cuando el cliente entra aquí, se emociona porque no escucha nada, se genera una gran sorpresa«, comentan los interioristas.

La taquilla, azul y a medida

Al final del pasillo nos encontramos con la taquilla, diseñada en fórmica brillante y en color azul. «Un tono que caracteriza la impronta de Laut», explican los interioristas. Dentro de ella, muebles a medida, barras y estructuras hechas por un herrero que proporcionen funcionalidad, firmeza y comodidad. Destaca la caja con el nombre Laut, diseñada por Pilar y Christian en tablero marino con cristal traslúcido. «Queríamos que el nombre exista pero que no destaque por sobre el local», dicen. La lámpara de sobremesa Constanzina, diseño de Paolo Rizzato para Luceplan ofrece la nota a este espacio. «Cuando vas a un sitio de noche, muchas veces los detalles y el mobiliario o iluminación pasa desapercibido, queríamos añadir eso, el factor de diseño», comentan los interioristas.

Una sala de conciertos acogedora

A la izquierda de la taquilla se abre una puerta que lleva a los espectadores a la sala de conciertos de unos 125 m2. En ella toman protagonismo la perfecta integración de materiales. Con zonas revestidas en madera y otras con paneles acústicos pintados de negro, la sala cuenta con innumerables detalles como una estantería diseñada a medida (imagen) para dejar vasos de tubo. También la pasarela de hierro perforado (imagen) que permite que el sonido no rebote y tamiza las luces que se proyectan. Al mismo tiempo, cumple con la necesidad de bajar los techos para crear un ambiente más acogedor.

La barra en madera de roble y mármol

En la zona de barra, los azulejos negros se han utilizado en la medida justa para que la cerámica no interfiera en la calidad del sonido. Y hacen de respaldo para una barra espectacular diseñada a medida con alistonado de madera de roble macizo en acabado natural. Sobre ella una encimera de mármol. Los estantes, también a medida, se sustentan con unas escuadras típicas de hostelería. A la izquierda de la imagen, el aplique Wally de metal y vidrio opalescente diseñado por Miguel Milá para la firma Santa & Cole.

Una zona de relax y charla

«Nos pidieron que el local debía tener una parte para sentarse, para charlas o tomarte una copa», dice Christian. Así fue como se la ingeniaron para dotar al espacio de una zona estupenda para este uso y que está ubicada al otro lado de la barra.

Las butacas son de Jaime Beriestain y el sofá de la firma Ethnicraft, «de las pocas cosas que provienen de firmas extranjeras ya que todas las piezas de diseño son de aquí«, explican. «Las lámparas de suspensión Macao de Cristina Figarola para la firma Carpyen  nos han gustado mucho porque se pueden subir y bajar de manera fácil y dan una luz perfecta para este ambiente», comentan los profesionales. El diseño de las mesitas auxiliares es de Pilar y Christian y juegan con la forma Play and Pause.

Una zona de baile más industrial

Con aforo para 200 personas, «la zona de baile debía crear ese contraste entre una parte más confortable (barra y zona para sentarse) y una más industrial, tipo hangar», dice Pilar. Para lograrlo, los interioristas recurrieron a unas planchas de metal perforado –un material habitualmente utilizado en fachadas–para revestir esta zona. Arriba de estas planchas, se observan unas ventas diseñadas en vidrio grabado con una malla metálica en su interior. Una opción a la imposibilidad de usar cristal y que, al iluminarse con focos, anuncian que la noche se acaba.

El escenario, el altar de los DJ

El escenario, que ya estaba ubicado al final de la sala y frente a la barra, está elevado del suelo y está todo pintado de negro. «Cuando la sala está en movimiento, el negro es lo más uniforme, permite que destaquen las luces y el DJ», explican los interioristas.

El Backstage, pequeño remanso

Detrás del escenario, una puerta conduce a la salida de emergencia y Backstage. Aquí los interioristas recurrieron a butacas con tapizado ignífugo de Jaime Beriestain. Dejaron la pared en su estado actual, pintaron de azul y paprika y añadieron una encimera recuperada de algarrobo. Una nevera, los mismos azulejos utilizados para la barra, muebles hechos a medida e incorporaron una zona con un pequeño lavabo diseñado con tablero marino. Esta vez, la lámpara Constanzina pero en su versión para pared.

Los lavabos, fuera de serie

La zona de lavabos, ubicada en la planta superior, es un sitio que sorprende por la manera en la que se ha integrado el diseño a un espacio que suele pasar desapercibido. En la imagen el baño de mujeres con un suelo restaurados por Otranto. En los baños destaca la coherencia con toda la estética del local.  Un banco hecho a medida, puertas correderas y manillas diseñadas por los interioristas y piezas propias del local, han hecho que este espacio destaque a igual medida que el resto. Luces integradas y la referencia a nombres del diseño como los apliques de Miguel Milá también en esta zona.