Todas las mujeres que he entrevistado, con las que he conversado o simplemente he conocido a través de Interior Contraportada, todas me han enseñado algo. Que creen en sus sueños, que están donde están porque se lo merecen y que, a través de sus trabajos, sus obras o sus proyectos, miran el mundo con cariño. Y que, gracias a ello, nosotros y nosotras disfrutamos, nos inspiramos y creemos en una manera diferente de hacer las cosas, amena y cercana como ellas. Aquí parte de ellas.
Así, como me dijo Alejandra Gandía Blasco «La vida es sueño», contándome cosas hermosas de su infancia. Ella que tiene uno de los apellidos más reconocidos del mundo del diseño, ella me abrió las puertas de su vida para mostrarse de manera sencilla y cercana cómo se ve el mundo a través de sus ojos.
Amalia Puga me enseñó que se puede. Que ojito con las nuevas generaciones de jóvenes diseñadores y diseñadoras… Que existe sensibilidad y respeto, que eso de la sostenibilidad no es una moda y que las raíces son potencia y los orígenes intuyen lo que está por venir. Sólo es cuestión de tiempo.
Ana Trancoso me enseñó la magia del cuidado, la importancia de la ausencia de prisas para dejar desarrollar lo que somos. La necesaria vinculación con nuestro trabajo y la responsabilidad del compromiso que asumimos para lograr nuestros sueños y para hacerlos realidad. A veces nuestro destino está al lado nuestro, nos lo entrega un ser cercano… sólo debemos detenernos y apreciarlo.
Con Claire Davies, a quien admiro muchísimo, ella que va más allá de los planos aparentes para mostrarnos el alma y la magia de los objetos que diseña y los interiores que concibe. De ella me llevo el sentido de la estética y la necesaria locura para hacer cosas brillantes. Recuerdo el día de nuestra entrevista en su casa en Sitges, el aroma de un hermoso jazmín que abrazaba su patio fue el primer indicio de una mañana y una charla inolvidable.
De Daniela Scalerandi agradezco que me haya llevado devuelta a mis orígenes. Que haya puesto en valor y en sentido la importancia de escucharnos, de ser perseverantes en la vida. Y destaco la ilusión por hacer lo que nos gusta, eso siempre nos llevará a buen puerto y desde allí a la conquista de mares.
De Elena Salmistraro me llevo su alegría y cómo ésta puede crear obras bellísimas. De ella aprendí que la creatividad te puede conducir a sitios que no te imaginas, que no tiene límites y que, detrás del éxito, existen personas sencillas y dispuestas a brindar lo mejor de sí en cualquier escenario.
Iris Tonies me cautivó por su gran capacidad para expresar a través de su trabajo qué sentimos y cómo todo lo que es parte de nuestra vida nos prepara y nos forma en el camino que emprendemos. De ella aprendí que compartir es sano y es fundamental para acompañarnos y crecer.
Con Marcela Grasi me conectó su maravilloso trabajo fotográfico en un sector que recién desde hace un tiempo está empezando a dejar de ser tan masculino. Al tomarnos un café y comenzar a hablar, resulta que las dos habíamos nacido en la misma ciudad, ¡increíble coincidencia! Ambas crecimos en Río Cuarto (Argentina) con la tranquilidad del barrio, las calles de tierra y el silencio imperturbable de las siestas.
De Pepa Reverter destaco su bellísima entrega por lo que hace, por las causas justas. Por expresar a través del arte y de manera sutil pero convincente aquello que no encuentra lugar con palabras. Por recordarnos que la vida es corazón y que, cuando pones esa materia en valor, nada puede ser invencible y todo puede ser posible.
A Silvia Ceñal le tengo un gran aprecio porque, sin conocerme, fue la primer mujer diseñadora en concederme una entrevista para Interior Contraportada. Ella, que decidió lanzarse por su cuenta y crear su propio estudio, es una de las referentes españolas más destacadas. Ella inspira.
Gracias a todas ellas y a muchas más profesionales, amigas y compañeras que son parte de Interior Contraportada. Mi trabajo no sería el mismo sin el apoyo, la ilusión y la alegría de todas ellas. Y a ti, ¿quién te inspira?