Mira el REEL de mi encuentro con Jon Tugores
“Voy a encender la grabadora”, le digo a Jon Tugores, arquitecto, piloto y fotógrafo. La grabadora me sirve para tener un registro de la información y me da total tranquilidad para escuchar con atención lo que me cuenta Jon al encontramos en el Centro Cultural Terrassa con motivo de la exposición Atmos-fear que ahora se prepara para recorrer Europa.
No conocía personalmente a Jon Tugores pero una llamada por teléfono con Mo Segura, directora de prensa de la muestra, me hizo comprender que eso que escriben de Jon en los medios es real. La Vanguardia lo compara con Sócrates. Pero él, aunque vuele alto no es un superhéroe, o si, o no. Es un profesional con un perfil interesantísimo, único, que ha llevado a un nuevo lugar la fotografía, la arquitectura y la aviación. Sí, todo junto en una misma obra y lo ha hecho de manera naturalmente brillante.

El urbanismo comprendido desde lo alto
“Soy arquitecto básicamente. Me mueve la arquitectura, tengo despacho propio, ahora estamos con un proyecto de una casa-museo en Mánchester. Paralelamente soy aviador, por aquellas cosas de ser libre en la arquitectura. La aviación me permite decir que no a ciertos proyectos porque yo creo que un despacho de arquitectura tiene que ser coherente con tus principios. Para evitar hacer proyectos que no quiero, la aviación me da estabilidad”.
“Estoy contento de ser piloto. Soy comandante de la flota Airbus en Vueling. La fotografía surge como un spin off, mezclando la arquitectura y la aviación de estos aviones tan maravillosos y automáticos con los que trabajamos”.
“Con la aviación he puesto en práctica todas esas ciudades que estudiaba en urbanismo, en la arquitectura. Las ves a través de las nubes, de la lluvia, con mucho sol, de noche… Y, en los vuelos, empecé a hacer fotografías que prestaba a los arquitectos Carles Llop o Vicente Guallart para sus conferencias. Hasta que, hace cuatro años, me comentaron acerca de la idea de hacer un libro sobre las fotografías de Barcelona (Barcelona by Jon Tugores, editado por Actar Publisched). Lo presentamos a los premios FAD 2018 y, sin tener ni una palabra de ciudad, consiguió una mención de Honor”.

La interpretación del momento
“La verdad es que la gente que sabe de fotografía me ha valorado muy bien y el feedback es increíble… pero yo no hago las fotografías para que gusten sino para que me gusten a mí”, dice.
¿Qué crees que vieron en tus fotografías o qué consideras que las hacen especiales? —Le pregunto —. “Yo veo momentos”, responde. “No estoy con un trípode en el avión… me estoy moviendo y el avión se mueve muy rápido. Entones, una gran parte de las fotografías me las encuentro, son momentos muy esporádicos, muy efímeros que pasan delante de mi y las tengo que captar. No las puedo hacer en otro momento porque estoy pilotando el avión… Pero ese momento efímero, esa rápida interpretación del momento, de la belleza, hace que salgan fotografías muy descriptivas, a veces son interpretativas, han hablado de alguna fotografía romántica o atemporal, de poesía…”
“Me gusta mucho que la gente haga la interpretación que le dé la gana. Como dice Rubert de Ventós en su libro El arte ensimismado, la interpretación propia siempre es válida. Hay gente que ha venido aquí a buscar su casa, otra que hace lecturas históricas, otras metropolitanas, ambientales…. Todas me parecen bien. Hay gente que te ponen por las nubes. Me han comparado con pintores como William Turner”.
“Siempre busco la foto atmosférica, que la atmósfera interactué con el territorio. El avión va muy rápido y alto, entonces, intento buscar la escala más metropolitana, más planetaria, la que te vincula con un territorio muy amplio”.

Terrassa y el territorio
“La exposición Atmos-fear es itinerante, comenzó en Barcelona en 2019. En 2020 se paró por la pandemia e hizo una escala técnica en Terrassa antes de irse al extranjero. Se compone de nueve fotografías de Terrassa, nueve de Barcelona y luego se completa con fotografías más pequeñas que son abstracciones, interpretaciones formales, cromáticas o de sensaciones que tengo desde el avión donde intento que, si ha tocado la mano del hombre, sea amable. Hay unas fotografías que no buscan la belleza per se pero la lectura que puedes hacer sí que descubres una belleza y geolocaliza Terrassa dentro del territorio ibérico”.
Las fotos de Atmos-fear han sido elegidas como soporte para la exposición Air/Aria/Aire comisariada por Olga Subirós para el Pabellón Catalán en Venecia 2021 cuyo abordaje temático es la contaminación del aire en Barcelona. Y han formado parte del currículum escolar de los alumnos catalanes que han visitado la exposición para explorar e interpretar, mediante las fotografías de Jon Tugores, su propio entorno, su casa, su geografía. “En Terrassa ha sido una de las exposiciones más grandes que se hayan hecho nunca”, explica Jon. Un hecho que ha puesto en foco a la localidad y a su vida cultural.

“Usted no puede vivir de interpretaciones”
¿Por qué elegiste estudiar arquitectura? —le pregunto—. “Con 17 años gané un concurso de pintura y como premio me regalaron un viaje a Italia. Cuando llegué a Roma y vi el Castillo de Sant Angelo tremendamente moderno a pesar que tiene dos mil años, me pregunté cómo sería este edificio si lo hiciéramos ahora, eso me pudo…”.
Al hilo de nuestra conversación Jon comparte una anécdota reveladora acerca de cómo concibe su trabajo: “Una cosa que me pasó en primero de carrera es que con un compañero nos acercamos a Peter Smithson, —él junto a su mujer, Alison Smithson, fueron los padres del brutalismo inglés—, después de dar una conferencia en la escuela de arquitectura, le preguntamos siendo futuros arquitectos cómo debíamos aprender la arquitectura, si leyendo libros como los que él había publicado o visitando por el mundo los edificios para aprender in situ. Hizo un silencio y dijo que se lo tenía que pensar. No nos contestó”.
“Al cabo de unos siete años, lo volvimos a ver en Mallorca y allí nos respondió la pregunta: Lo primero es visitar los edificios, usted no puede vivir de interpretaciones de otro. Y en segundo lugar, puede leer a otra gente. Pero si no hace lo primero no puede hacer lo segundo. Y yo me dediqué a esto y una de las cosas fantásticas que me ha dado la aviación es poder coger un avión e irme a sitios donde no hubiera ido nunca”.
Y qué te llevó a ser piloto —interrogo a Jon antes de acabar nuestra conversación— “Tenía que ser libre totalmente… Puedo reconocer que la oportunidad de ser aviador me ha dado la posibilidad de moverme muchísimo, muchas cosas que mucha gente no hubiera hecho, las hice. Me he cruzado países para ver una obra e ir y volver en el mismo día”, dice antes de sacarnos una foto para atesorar esta entrevista.