El diseñador ha presentado su primera colección de mobiliario: ‘Ricerche temporali’, fruto de su gran pasión e implicación en el diseño.

Observación, referencias y un nuevo lenguaje de diseño
Germano Marchetti nació en Nápoles pero hace ocho años que vive en Barcelona. Previamente, vivió en Miami donde trabajó junto al arquitecto Peter Page con el cual dio sus primeros pasos en el mundo del diseño y el interiorismo. Años más tarde, un viaje a Barcelona lo hizo enamorarse de la ciudad. “Fue una cuestión de química, me gustó la ciudad. Yo soy napolitano y tengo un vínculo con el mar, con la costa amalfitana. Para mi ir a la Costa Brava es recordar todo eso”, explica.
Su primera colección es un reflejo de todo el recorrido realizado. Un trabajo medido y sentido que nace de su capacidad de convertir sus inspiraciones en diseños únicos y con gran personalidad. Sus muebles tienen como referencia el diseño de los años veinte y treinta y están influenciados por los movimientos modernistas, futuristas y cubistas. Artistas como Adrian Pearsall, Ico Parisi, Jean Prouvé o Paolo Scheggi son parte de su admiración. Pero que, en la propia expresividad de Marchetti y en su particular mirada del diseño, dan forma a un mobiliario nuevo e impecable en todos y el más detallado sentido de la palabra.

Materiales que se encuentran en perfecta armonía
Su proceso creativo se inspira además en lo que observa, en la calle y, sobre todo, en la arquitectura de los edificios. “Sus líneas, sus formas… para mí la arquitectura es una gran referencia”, expresa. El trenzado visible en sus diseños evoca las cuadrículas del barrio del Eixample de Barcelona. El uso de tachas también cobra sentido en su trabajo, «son las reinas del tapizado del Luis XV y Luis XVI”, explica. Germano Marchetti confiesa que le encanta mezclar materiales de esencia rica con otros más modestos. Un mix que se desvela en los recuerdos de su infancia en la ciudad de Nápoles, donde el uso de estos materiales –aparentemente dicotómicos– han formado la sociedad en su conjunto.

Crear cultura del diseño
El diseñador tiene su estudio en plena Plaza Letamendi, lo comparte junto a su marido que es diseñador de moda para Versace. Pero no es allí donde lo vemos la mayor parte del tiempo. Sino en el taller como buen ebanista. “Allí voy a aprender”, dice con sencillez y “a compartir e intercambiar ideas y conocimientos con otros artistas”. Este es uno de los aspectos que más le gusta de la fase de diseño y es, también, una de las razones por las que ha apostado por Barcelona.
“Al principio aquí ha sido difícil. Pero estoy contento y me interesa estar en esta ciudad y generar una comunidad. Mostrar, junto a otros creativos, el diseño que se genera y darlo a conocer a quienes quieren aprender e informarse sobre ello”, dice el diseñador que, además, imparte clases de ebanistería. Y este es un factor altamente positivo en su visión del diseño. “Espero que como yo haya muchas más personas así creamos cultura del diseño”, expresa con convicción.

Para lo que viene, Germano Marchetti adelanta: “Mi idea es hacer piezas de tapizado y de complemento“. El diseñador trabaja con interioristas y decoradores nacionales e internacionales. También con clientes, bajo pedido y total personalización de los muebles. “Los clientes vienen aquí, nos reunimos y creamos juntos, es una parte que disfruto mucho”, concluye.
