Muchas cosas he reafirmado en la presentación de La Casa de la luz, el espacio insignia que Simon acaba de abrir en Madrid. Una de ellas es que la empresa, nacida hace ya más de 100 años en Olot (Girona), hace tiempo que ha dejado de considerarse sólo una compañía de interruptores. “Nosotros desde los inicios lo que siempre hemos hecho es dar la luz”, expresó Inma Ruiz, Chief Marketing Officer en Simon en la presentación de la nueva flagship para ilustrar cuán importante ha sido y es la labor de la firma y qué tan presente está en nuestros hogares mediante el aparentemente y sencillo acto de encender y apagar las luces.
Ser parte de la vida de las personas es, también y consecuentemente, otras de las virtudes que emergen del espíritu de trabajo de Simon y que ha hecho sólida la empresa tras tantos años de rodaje. Por ello, generar emociones y conectar con las personas es una misión que la compañía familiar ha sabido adaptar y transformar en sus diferentes áreas de negocio, ofreciendo servicios y productos que respondan de manera eficaz a las necesidades de las personas: mecanismos, iluminación interior y exterior, sistemas de control de iluminación, conectividad… Porque, al final se trata de “transformar los espacios a través de la luz y de culturizar sobre la luz”, prosiguió Inma Ruiz.
Una casa en un edificio emblemático
En este ejercicio continuo por ir más allá, La Casa de la luz nace como un lugar que es, en sí mismo, innovador porque alberga muchas visiones de la luz; un sitio donde hacer que la luz evolucione. El nuevo espacio de Simon está ubicado en un local a pie de calle, en un edifico brutalista diseño del arquitecto Fernando Higueras y es el resultado de varios años de trabajo en el que la firma ha contado nuevamente con el estudio b720 arquitectos que dirige Fermín Vázquez y con el diseñador Antoni Arola, sumando al proyecto el trabajo de Sebastián Mealla, CEO y Cofundador de ProtoPixel.
Paredes de hormigón, grandes ventanales acristalados, vegetación y distintos niveles componen los 1.600 metros cuadrados que conforman el total del espacio que funciona como oficina y tienda y que cuenta con zonas para recibir clientes o celebrar reuniones y eventos del sector.
La presentación del nuevo espacio se desarrolló en el marco de Madrid Design Festival, en un evento para prensa en el que fueron invitados profesionales de medios especializados de Madrid y Barcelona. Tras un aperitivo, se dio paso a una charla-debate en la que intervinieron Vázquez, Arola y Mealla junto con la presentación previa de los directivos de Simon: Salvi Plaja, Design & Sustainability Director en Simon; Nathalie Naval, Responsable de Marketing y Comunicación; e Inma Ruiz, Chief Marketing Officer, ambas en Simon.
Una (o muchas) visiones de la luz
En la conversación pudimos conocer detalles del proceso de desarrollo de trabajo para la actualización del espacio. Fermín Vázquez compartió cómo hizo posible adaptar el local, que tiene un significativo valor arquitectónico, en función de los objetivos planteados mediante una respetuosa intervención de las diferentes zonas. Así mismo, reflexionó acerca «del hermoso vínculo que existe entre arquitectura y luz».
Por su parte, Antoni Arola, quien se encargó del diseño interior, expresó que tuvo el reto de encontrarse con “un sitio fácil de lucir pero difícil de intervenir”. El diseñador también contó, entre otras anécdotas, que conoció personalmente a Higueras y cómo ello influyó en esta actualización del local. Y, Sebastián Mealla, explicó el desafío que supuso “hacer real una visión (o muchas) de la luz”, llevando el mundo de los píxeles a un entorno material y real. En este sentido, ProtoPixel se ha encargado de diseñar una aplicación en la que cada LED que configura la iluminación de cada espacio de La Casa de la luz puede adoptar un cromatismo distinto, permitiendo así que las combinaciones creativas sean infinitas, tanto como el uso que se realice del espacio y de las necesidades de luz que se requieran en ese momento.
La Casa de la luz ha quedado oficialmente inaugurada y es ahora es la casa de todos, la casa donde encontrarnos, donde celebrar la luz; la casa es, en sí misma, luz. Y con la siguiente metáfora me voy despidiendo… Tras tantos años que no visitaba Madrid, —me pregunto—: ¿Acaso puede alumbrarnos algo más que la emoción de volver a vernos? Para mi, en tiempos impredecibles, celebrar encuentros es brindar luz. Como reza la canción de Bomba Estéreo: “Me voy a buscar una luz para iluminar todos estos momentos… [] y seguir creciendo”.