Andreu World es una empresa de la que siempre me gusta escribir. Son muchos los motivos que hacen que a esta firma de mobiliario, nacida en Valencia en los años 50 (1955), le tenga especial admiración. Desde los aspectos más estéticos como la belleza de sus piezas o el hecho de colaborar con grandes figuras del diseño como Patricia Urquiola, Alfredo Häberli, Philippe Starck, Benjamin Hubert, Piergiorgio Cazzaniga…; hasta otros argumentos que, desde mi punto de vista, la hacen especial porque van más allá de las funciones que esperamos de una empresa dedicada a fabricar mobiliario de diseño y que nos conecta con aspectos que tienen más que ver con valores humanos.
En este sentido, me refiero a que sus logros personales (por ejemplo, Andreu World es la primera empresa de la industria que tiene todas sus colecciones —unas 6.830 referencias auditadas y certificadas— con el sello Cradle to Cradle Certified®), son un motor y un impulso para trabajar con más ahínco en pro del bien común. Así, sus investigaciones en materia de sostenibilidad traspasan las fronteras de sus oficinas-aulas ubicadas en Chiva (Valencia) para hacer un llamamiento global: el Circular Design® Challenge, una invitación a todas las empresas (tanto sea del sector o, recientemente anunciaron también, del IBEX 35) para que se sumen a este gran reto que tiene como objetivo lograr un modelo productivo más responsable con el medio ambiente. Una transición que ya ha comenzado y que está liderada por Andreu World.
23º Concurso Internacional de Diseño Andreu World
Mucho más tengo que decir de su carácter divulgativo, casi educacional y de su estimable generosidad que se manifiesta, entre otras cosas, en sus numerosas publicaciones y libros —otra vez, no siendo este un rol meramente de una empresa de mobiliario—; o creando, desde el 2001, el Concurso Internacional de Diseño Andreu World. Uno de los certámenes más importantes del mundo en el ámbito del diseño y la arquitectura, ideado con la intención de ofrecer un espacio para que jóvenes diseñadores de todo el mundo den a conocer sus diseños.
Para la edición 2024, el concurso se alinea aún más con los criterios de Circular Design® Challenge y propone un único premio de 20.000 euros para el autor o autora del diseño que mejor se ajuste a los valores de la empresa, una propuesta que debe ser viable de producir tanto industrial como comercialmente.
En el marco de la convocatoria 2024 y con el telón de NUDE, en Feria Hábitat Valencia, Andreu World organizó una mesa redonda moderada por Pilar Marcos, directora de la revista Diseño Interior, para hablar no solo del certamen, sino también de la responsabilidad que la empresa tiene con los jóvenes diseñadores. En la conferencia participaron: Ana Botella (IVACE); Ángela Montagud (Clap Studio y una de las jurado de esta edición); María Teresa Palomares (Universitat Politècnica de València); Xavi Calvo (Fundació del Disseny); y Ernesto Belloch (Andreu World).
La profesión de diseñador y su perspectiva amplia
La primera pregunta de Pilar Marcos apuntó a realizar una radiografía acerca de cómo los ponentes ven a los jóvenes que llegan a estudiar a la universidad, con qué idea del diseño llegan y con qué idea salen. Respondiendo a ello, Maite Palomares dijo: “Los estudiantes son personas que quieren hacer de la creatividad su futuro. Por tanto, intentamos inculcarles cómo el diseño influye en el comportamiento de las personas haciéndoles responsables para que, a la hora de proyectar, sean conscientes de que todo aquello va a influir en su manera de ser. Con ello, los alumnos salen pensando que todo lo que les rodea es diseño”.
Por su parte, Ángela Montagud ofreció una respuesta personal compartiendo su propia experiencia: “Cuando comencé a estudiar, iba con una idea y, después, a medida que pasaban los años, esa visión tan rígida de lo que podía ser un diseñador o un arquitecto, de repente se expandió y tenía muchísimas posibilidades”. En esta línea, enfatizó la importancia del camino recorrido que, muchas veces, puede llevar a “descubrir que la profesión tiene una perspectiva más amplia”.
Sin diseño, es difícil que una empresa evolucione
La siguiente moderación de Pilar Marcos se dirigió a conocer cuáles son los retos a los que se enfrentan los jóvenes al salir de la universidad. En este sentido, Xavi Calvo afirmó que “es ponerles en bandeja la vida real”. Asimismo, apeló a los jóvenes a “aprovechar las ocasiones que surgen; ya sea participar de conferencias, actividades, workshops”… En este contexto, Maite Palomares comentó que los jóvenes y las empresas tienen que saber que el diseño es un referente para la economía de una empresa. “Sin diseño es difícil que una empresa evolucione”, declaró.
El diseño no es imprescindible, es inevitable
En una tercera ronda de preguntas, las reflexiones permitieron conocer cómo es el mercado cuando los jóvenes salen de la universidad y qué esperan las empresas de ellos. Para evacuar las dudas de estos interrogantes, Ernesto Belloch afirmó que “el reto es que la empresa ofrezca la oportunidad. En nuestro caso, lo que pedimos es sentido común, ilusión, esfuerzo y motivación por seguir con el proyecto”.
Por su parte, Ana Botella argumentó su postura con una frase de Alan Fletcher quien consideraba que “el diseño no es imprescindible, es inevitable”. Desde este punto de vista, podemos decir que “todo es diseño y que hay diseño en todas partes”, dijo y seguidamente detalló: “Hay que vivir un camino humano y profesional a la par que te va a formar y te va a dar la seguridad y la capacitación dentro de tu vocación que, si eres diseñador, el mundo está para ser diseñado.”
Los jóvenes son el futuro
Otro aspecto que se planteó en la mesa de debate fue qué valor tienen los jóvenes para aumentar la competitividad de una empresa en relación con la economía circular. Para dar respuesta a ello, Xavi Calvo aseveró que “los jóvenes son el futuro”. En este contexto, rescató la frescura que aportan tanto en cuanto a tendencias, como a nuevas tipologías de diseño; por ejemplo, el diseño de servicios o el social. Siguiendo este razonamiento, todos los ponentes estuvieron de acuerdo en que los nuevos talentos añaden “innovación” y representan, “el futuro para poder incorporar esa economía circular a la empresa”.
La capacidad de aportar nuevas ideas a procesos tradicionales, así como la flexibilidad de ser consideradas mentes abiertas o el hecho de que están sobre informados y concienciados y que, por tanto, salen de la universidad sabiendo que la sostenibilidad no es algo que deben añadir después, sino que está implícito en el proceso de diseño, fueron cualidades que todo el elenco de expertos valoró de manera positiva sobre las nuevas generaciones. Por todo ello: “Los jóvenes son una savia a la que las empresas no pueden renunciar”, sentenció Ana Botella.