Converso con el reconocido diseñador suizo-argentino Alfredo Häberli con motivo de la presentación de ‘Afuera’, el sofá de exterior diseñado para la firma Andreu World y presentado en el marco de Feria Hábitat Valencia 2023.
IC: En el tren de Barcelona a Valencia, leía la entrevista que te hizo la periodista Ana Domínguez Siemens para el libro ‘Diálogos sobre el trabajo’, editado por Andreu World y fue hermoso conocer que tu mamá te hizo poner en una caja de zapatos las cosas que querías llevar de Argentina a Suiza para emigrar por tres años. En la entrevista hablabas mucho de la infancia y de lo vivido… Y después yo recordaba que, cuando te conocí personalmente en Milán en el 2018, al escribir el reportaje sobre ‘Dado’ (el primer sofá que diseñaste para Andreu World) el titular que le puse fue ‘Alfredo Häberli, no puedo hablar tan serio’… Todo ello me llevó a pensar cuántas cosas habrán pasado en tu vida y esa actitud que tenés siempre de jugar, de divertirte… Es maravilloso. ¿Cómo todo lo vivido te hace ser la persona y el profesional que sos?
AH: Yo digo que es una virtud muy argentina porque si no tenemos el humor que tenemos no sobrevivimos al día a siguiente. No importa qué profesión uno tiene, pero si lo pasás bien con un amigo, una amiga es fundamental y eso es parte de mi vida. Y gracias a Dios de seguro que todas las raíces de mi vida están en mi infancia, mis padres, mis abuelos, en lo que yo viví que fue muy feliz gracias a Dios. Y eso me faltó muchísimo en Suiza porque es todo mucho más frio, pero no el clima; las personas son más reservadas, no son tan abiertas, se habla menos pero eso también me gusta mucho. Porque también, tengo que decir, que aprendí mucho de los suizos… a ser más humilde, a no tirarse de ser una persona importante. Yo eso lo tengo dentro de mí que es seguro la parte suiza que tengo como mi apellido Häberli. En Argentina éramos más europeos y en Suiza, claramente, súper argentinos. Y así me faltaba un poco la parte latina que la encontré en los italianos porque en Milano es igual el caos, la forma de hablar, las manos… Y bueno, así es como empezó ese sueño de un día trabajar con una compañía en Italia. Después de estudiar diseño industrial tuve claro que la idea era trabajar para los italianos. Y ahora encontré otra compañía, Andreu World, que tiene una mezcla muy interesante porque tratan la compañía casi como una empresa suiza-alemana: la perfección, la seriedad, la prolijidad… es muy, muy lindo trabajar con ellos. Y, al mismo momento, son españoles, son divertidos, abiertos, directos, honestos. Es una cooperación muy, muy linda que tengo ya desde el 2018 cuando dibujamos ‘Dado‘; después vino ‘Giro Soft’ e ‘In Out Office’ que trabajé durante la pandemia también con mucho respeto a mi trabajo. Andreu World me ofreció pensar las oficinas del futuro… Y ahí viene también mi parte muy suiza, muy seria, más estructurada, más pragmático, más de sistema… Muy de ingeniero que también la tengo dentro y me gusta. Pero lo que más me gusta es divertirme y pasármela bien en la vida. Y eso sí, logré con mi familia, con mi mujer, con mis padres, a sobrevivir de una profesión que la elegí cuando era muy joven y eso es lo máximo que uno puede lograr. Premios por un sofá, por lo que uno puede diseñar no me interesa mucho, el dinero no me interesa mucho; sino, lo que me interesa es sobrevivir y hacer cada día lo que yo realmente soñé hacer que es ser diseñador industrial y eso, creo, que es como un Oscar para mí. Es lo máximo que puedo lograr en una carrera, la disfruto y me divierte. Por eso es que tomo la profesión muy seria, pero me divierto muchísimo. Haciendo relojes, coches, sofás, hoteles…
IC: Proyectos muy diferentes unos de otros…
AH: Sí, y trato siempre de empezar como de cero, la hoja blanca. Trato de no repetirme… Pero esa actitud crea canas… Y bueno, es un trabajo duro lograr esa ligereza en los proyectos….
IC: ¿Suiza te da esa libertad creativa? ¿Cómo es vivir y trabajar desde allí?
AH: Justamente me di cuenta que a mí no me hace falta la ciudad caótica con inspiraciones… Yo estoy dos a tres días por semana afuera, estoy viajando. Acabo de venir de Hamburgo, la semana pasada estuve en Oslo, ahora estoy en Valencia, la semana que viene estoy en Zúrich… Después me voy a Brasil… Y ahí tengo mi inspiración. Con la pandemia me di cuenta que, para mí, viajar profesionalmente me hace falta para desarrollar mis ideas. Pero, al mismo momento, me encanta la Suiza que está muy organizada, que me da la libertad de ser conocido pero anónimo. El suizo respeta mucho. A mí en Zúrich me conocen pero la gente no viene a pedirme una foto o un autógrafo, respeta la privacy. Eso es un lujo que en Argentina no lo puedes tener. Yo vivo en una casa bastante normal, simpática y a mi me dejan tranquilo. Ese es un valor que es difícil de describir, que me hace sentir bien y que me hace sentir como soy. Antes, en una entrevista anterior, me estaban filmando y me preguntan cómo es la vida de un star… Yo digo las estrellas están en el cielo, yo estoy aquí con los pies. Y eso lo aprendí del suizo. Un personaje como Roger Federer que está sentado al lado, en el restaurante y no viene nadie a molestarlo… El suizo dice no. Eso es privacidad, hay respeto y eso es muy bonito. Es una cosa que nos gustó mucho de Suiza y, además, que en una hora estoy donde quiera… Estoy en el centro de Europa y, en dos horas, estoy en Valencia, Milán… Yo tengo clientes en toda Europa.
IC: Te quiero preguntar por el nuevo diseño para Andreu World, no me han querido desvelar nada hasta esta presentación…
AH: ‘Afuera’ es un sofá elegante de dimensiones generosas. La idea fue hacer un sofá con el confort de adentro pero para afuera, para outdoor. Esa fue la meta. Y el cómo logramos hacerlo eso son invenciones internas como el ‘Dado’ en el que estamos sentados ahora. El sofá ‘Afuera’ tiene equis elementos para componer, es un sofá generoso…
IC: Un diseño que refleja perfectamente como sos vos…
AH: Lo que yo valoro, lo que para mí es muy importante, son los valores que vienen de familia que desarrollé y por los que lucho… El ser honesto, humilde, ser humano, todos vienen con la hache… Hice un manifiesto a través de mi apellido que es con hache… Y también es un trabajo ser humilde, ser honesto, sincero, transparente. Suena un poco arrogante, a lo mejor, pero yo siempre dije: I only work for people I like —Trabajo solamente con gente que me gusta—, pero, al final, te das cuenta por qué… Porque la paso bien. Los padres de mi mujer, en ese momento mi novia, decían: ‘Y este loco, y este argentino’… Yo no quería trabajar para tal compañía, yo nunca fui para ir a ganar el dinero, sino me cagaba de hambre —perdón la palabra— para llegar a esa visión que tenía, pero porque era gente que me gustaba y con la que me gustaría trabajar y así logré hacerlo. Eso es, para mí, mucho más importante que todos los premios que recibí de diseño. Son los amigos que ahora están y siguen, algunos de ellos ya no están porque es gente mayor que fundaron las compañías hace sesenta años… Sobre ello escribí un libro que va a salir ahora y que se llama: ’30 Years, Questions, Answers. Verbal Doodling’. Es una biografía sin mí de todas las personas que me encontré desde 1986 —que fue la primera vez que fui al Salone del Mobile como estudiante—, Achille Castiglion, Sottsass, Enzo Mari, Bruno Munari… personas que, al final, terminaron siendo amigos y compañeros míos como Jasper Morrison, Konstantin Grcic… Todas estas personas que hoy son realmente estrellas del diseño industrial y que crecimos juntos. Y estas historias las conté en este libro porque le quiero dar un futuro a la gente joven, a los diseñadores jóvenes. Quiero decirles que es posible soñar y llegar a ese sueño, viniendo justamente de la Argentina, de un país que no se espera que haya diseñadores. Me doy cuenta que los diseñadores suizos, argentinos, los diseñadores jóvenes me ven como un role model, una persona de admiración. Y me doy cuenta que quiero ofrecerles esa posibilidad de decir sí; es posible lograr hacer lo que realmente querés hacer, sea la profesión que sea.
IC: Un gran mensaje, necesario en estos tiempos…
AH: Lo que nosotros hacemos no es correr los cien metros; es un maratón, un triatlón porque son disciplinas distintas que duran muchísimo, la bicicleta, el nadar, el correr… Y uno tiene que imaginarse la profesión así y darse tiempo. Si doy sugerencias a la gente joven, entonces les digo que hay que tomarse tiempo, darte entre cinco y diez años, aunque suena muy tonto para una persona joven que estudia, terminan y quiere trabajar… Pero no va más así. Tienen que darse ese tiempo.
IC: Te gustaría añadir algo más…
AH: No, pero realmente como comenzamos la charla… La infancia es algo importante para mi pero también los es conocerse a sí mismo, qué persona soy. Da lo mismo qué profesión uno tiene… Qué es realmente lo que quiero, qué persona soy… Soy la persona que quiere tener su propio estudio o quiero ser empleado, qué es lo que me gusta… Porque los chicos lo saben perfectamente, lástima que después perdemos racionalmente un poco esa intuición que tenemos que viene de la panza, desde que somos bebés… A mí me ayudó mucho ser papá, hace veinte, veinticuatro años atrás cuando vino Luc. Me ayudó a ver que los chicos son tan ingenuos pero tan directos y tan honestos… Y eso es lo lindo de la vida…. Por eso el tema de Andreu World para presentar las colecciones de exterior: ‘La buena vida’.
IC: Y, ¿para vos qué es la buena vida?
AH: Es realmente el ser humano… Tener mi familia, mis amigos, ser humano. Y yo, en este momento y siempre, elegí lo que realmente me da la gana hacer, pero no llegó gratis, no llegó así nomás, no vino regalado… Hay que lucharla pero cuando uno llegó a eso es lo más lindo que puede suceder en la vida.
Conoce más sobre la firma Andreu World a través de las palabras de la diseñadora Patricia Urquiola.